Brillando con luz propia: El camino de Mahai hacia la restauración
En las colinas rurales de Nagaland, donde la vulnerabilidad suele exponer a los niños a retos inimaginables, el viaje de Mahai es un testimonio de resistencia y transformación.
“Crecí viendo todos los abusos y traumas por los que tuvieron que pasar mis padres, que más tarde se convirtieron en un trauma para mí”, comparte Mahai, quien hoy tiene 24 años.
Nacido en una familia marcada por la adicción y el maltrato doméstico, Mahai fue testigo de la violencia, el abandono y la desesperanza desde una edad temprana. Su padre, que luchaba contra la pobreza y la frustración, cayó en la drogadicción, mientras que su madre, aún adolescente cuando lo tuvo, buscó el amor pero se enfrentó al rechazo y a las dificultades.
La vida de Mahai cambió cuando fue acogido por quienes lideran The House Project en Nagaland. Su apoyo, atención y orientación le ayudaron a sanar. Gracias a su amor constante y a sus oraciones, poco a poco fue superando su ira y su frustración.
Aunque llevaba muchos años recibiendo apoyo de The House Project, a los 23 años Mahai tuvo la oportunidad de perseguir su sueño de estudiar diseño gráfico. Este momento marcó un punto de inflexión en su vida, abriéndole las puertas a un futuro mejor.
“Al crecer, tuve mi propia ración de frustraciones y traumas. Pero mi restauración completa llegó cuando el año pasado la fundación me dio la oportunidad de seguir la carrera de mis sueños al admitirme en una escuela de diseño gráfico, por lo que estoy y estaré siempre agradecido”, afirma.
Además, hoy en día, Mahai colabora activamente con The House Project, apoyando las iniciativas dirigidas a los niños y contribuyendo al desarrollo de fotografías y videos para la organización sin ánimo de lucro.
Awon, líder de The House Project en Nagaland, reflexiona: “La infancia de Mahai estuvo llena de retos, pero con cuidados, oración y apoyo ha llegado muy lejos”.
The House Project trabaja incansablemente para proporcionar a niños como Mahai seguridad, educación y apoyo emocional.
En Nagaland, muchos niños viven en condiciones de extrema vulnerabilidad debido a la pobreza, los desplazamientos, el tráfico de personas y la falta de oportunidades. Este apoyo garantiza que estos niños puedan reconstruir sus vidas y soñar con un futuro mejor.
Hoy, Mahai vive una vida llena de esperanza y sueños. Expresa su profunda gratitud a quienes le apoyaron: “No sólo hablas del amor de Dios; lo demuestras con tus acciones. Estaré siempre agradecido”.
Gerencia de proyecto
Proyecto The House